Diario de viaje 13: I Encuentro Internacional MFA (León)
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Diario de viaje 13: I Encuentro Internacional MFA (León)

23-3-2016

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En León, carretera Poneloya, desde primera hora, hasta los pájaros parecen un poco más nerviosos. Diríamos que cantan más fuerte. Todos esperamos la hora del encuentro nada más levantarnos.

En cuando lo hacemos y nos vamos a rezar laudes, ya vemos en las hermanas un ir y venir distinto. Todo está previsto: la iglesia, la pantalla, la megafonía, etc. Comentamos, en el desayuno, los últimos detalles y nos vamos a preparar nuestra intervención.

Pronto empiezan a venir los transportes de los colegios de Managua y la gente de León.  A las 9 ya estamos todos tomando un café y vestidos con las etiquetas identificativas. Más de 120 personas asisten.¡Qué alegría! ¡Qué suerte poder estar aquí!!

La Hna. Consuelo inicia el encuentro con un juego de presentación y de distensión. Nos saludamos con nuestros vecinos de fila, con la mano, el pie, la espalda, con un salto y con abrazos y besos. Dejamos de ser extraños para ser familia en un plis-plas!

DSC_9076 (1200x803)Pasamos a la capilla para la primera parte más formal del encuentro. La hermana Isabel lo presenta: estamos no solo ante el primer encuentro nacional de MFA Nicaragua, sino ante el primer encuentro internacional que se produce en MFA!!! Asistimos representantes de Venezuela, Colombia, Panamá y Nicaragua además de nosotros como representantes de España!! La verdad es que es emocionante pensar en lo grande que se está haciendo todo.

A continuación intervenimos nosotros con la charla de formación. Hablamos del proyecto de vida y de la organización del movimiento. Y les recordamos que cada grupo tendrá que trabajarlo en sus reuniones mensuales. Notamos como nos escuchan con interés – como siempre- y también vemos caras de asentimiento de las hermanas. Nos tranquiliza y nos anima. Seguimos con  la charla que dura unos 40 minutos y intentamos transmitir que el proyecto MFA y nuestro compromiso son un camino de Fe y de seguimiento de Jesucristo. Y que nuestra madre Alberta nos ayuda y nos impulsa con su carisma y con todas las hermanas. ¡Esperamos tanto que nuestra presencia ayude!

Presentamos después el trabajo de grupos: 15 grupos, cada uno moderado por una hermana, que trabajarán una frase de Madre Alberta y dialogarán sobre cómo el proyecto y esa frase pueden llevarse a sus vidas.

La eucaristía, presidida por un escolapio español – padre Salvador- que hace dos años que está en Nicaragua, es alegre y con participación de los niños que nos dan, como emisarios, la paz del Señor.

Llega la hora de la comida. Se ha encargado, y está riquísima. Destacamos la forma especial de servir la bebida, quizás es más ecológica pero también es mucho más divertida! Nos sentamos en el escenario provisional del porche delante de la capilla. Las tertulias dejan paso enseguida al festival que se ha planificado improvisadamente por la mañana y que al final ha contado con bellísimos números de canto, baile, poesía de Rubén Darío, y teatralización de las virtudes de Madre Alberta. Todo ello es amenizado por una excelente maestra de ceremonias que introduce algún chiste, anima a la vocación religiosa para las hermanas y canta una dulce y profunda canción con letra de M. Alberta. Es la Hna. Consuelo.

DSC_9163 (1200x803)Al finalizar nos piden unas palabras, que solo podemos resumir en un par. La primera es gratitud, gratitud por la acogida, por su solidaridad, por el agradecimiento que nos muestran…por tantas y tantas cosas!! Y la segunda es ánimo, ánimo para trabajar y comprometerse con ese proyecto tan bonito y enriquecedor de MFA y con esta congregación tan fantástica. Ánimo para invitar y ánimo para seguir con estas estupendas misiones solidarias que hemos descubierto.

Nos despedimos con la foto de grupo y entre centenares de tomas con todos los miembros. Todos queremos recordar este momento. Parece que la foto nos lo hará retener mucho más tiempo. Así lo esperamos. Y también nos despedimos con abrazos, el hilo de tristeza que siempre aparece por lo bueno que se termina, y el cariño que queda en el corazón en cada despedida. Así nos quedamos en el colegio cuando se hace el silencio y no quedan más que las hermanas.

Sentimos que nuestra misión en América por ahora ha terminado. Este era como el último hito de nuestro viaje, y de repente nos sentimos aliviados, pero tristes precisamente porqué ha terminado. Estamos intensamente felices por lo vivido y compartido, pero también inquietos por acelerar  lo que falta por hacer y lo que nos gustaría que ocurriera a partir de ahora. Regresamos contentos por la solidaridad que hemos visto y vivido pero también preocupados por las circunstancias de algunos de los lugares que hemos visitado. ¡Qué mezcla más extraña de sentimientos!

Nosotros nos despedimos de las crónicas. Nos quedan un par de días de compartir con las comunidades algunas de las celebraciones del triduo Pascual, y alguna visita turística que nos han preparado las hermanas  para conocer mejor esta tierra Nicaragüense tan preciosa. No sería justo no mencionarlo.

DSC_9158 (1200x803)Con la Hna. Consuelo y la Hna. Isabel pudimos ver la puesta de sol en el Pacífico y el volcán Momotombo desde la playa de la laguna de Managua y visitamos los Hervideros de San Jacinto, donde la tierra hierve con el calor de su interior volcánico. Compartimos también con su comunidad la visita de las siete Iglesias del Jueves Santo. Con las Hnas. Carol, Victoria, Susana, Elieth, Emma y Lilian de carretera Masaya descubrimos la vista de la laguna de Apoyo y avistamos volcanes, que sin el mapa nos cuesta de nombrar, algunos de ellos humeantes, y nos pasearon en barca entre los islotes del lago Nicaragua. ¡Qué grande es la creación y qué pequeño se siente el hombre en estos lugares!

Y todo llega a su fin. El sábado santo amanece con aires de despedida. El comité que nos acompaña al aeropuerto acaba siendo numeroso. No nos quieren dejar solos ni un momento. Las Hnas. Carol, Susana, Victoria de carretera Masaya, las Hnas. M. Jesús y Francis de Villa Venezuela y la familia Rodríguez nos regalan besos y abrazos de hasta pronto. Hoy sí se nos han escapado algunas lágrimas entre abrazos de despedida y palabras de gratitud mutuas. Con un adiós ya desde el cristal de la terminal, hemos iniciado el camino de regreso. Nuestra guía, nuestra acompañante permanente estos días, la Hna. Isabel también se queda aquí. Ella continúa su trabajo como responsable de América. Queremos hacer explícito un especial agradecimiento para ella, por lo bien que nos ha cuidado estas dos semanas que hemos pasado juntos.

Pero no queremos acabar este diario sin daros dos últimos mensajes: El primero, agradecer a todos los que habéis colaborado para sufragar el coste de los billetes. No sabemos todavía la cantidad recogida, pero os aseguro que las hermanas harán  buena disposición de ello viendo las necesidades de los colegios y de los barrios donde están. Solo, a modo de ejemplo, con 250 $ se puede becar la escolarización por todo un año de un niño en Venezuela. ¡Gracias!

El segundo: Ahora nos toca a todos, queridos lectores de este diario de viaje, el hacer que ese sueño crezca, a los de España  y a los de América, y por extensión a los de África. Todos deseamos que crezca con y en oración, con solidaridad, con invitaciones personales, con mil formas, pero siempre con una mirada en el horizonte: seamos y sintámonos familia, sintámonos y seamos Familia Albertiana.

¡Hasta siempre!

Que Dios os bendiga y os guarde a todos.

 

 

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