21 Mar Diario de viaje 8: Colegio Pureza de María Bogotá
18-3-2016
El dia amanece lluvioso pero no tanto como ayer. Desde la terraza del colegio, hasta el horizonte, una agrupacion de nubes negras amenazadoras de lluvia, mezcladas con otras blancas e iluminadas por el sol, nos dejan entreveer las montañas.
Pero el disfrute de la paz y el paisaje se ve interrumpido rapidamente por el bullicio de los alumnos entrando a la escuela. Son las siete de la mañana.
Desayunamos con las hermanas, y ellas rápidamente se van a sus ocupaciones primeras de la mañana. Hoy es un día especial por ser el último antes de las vacaciones y porque el horario es tambien especial para poder incluir alguna actividad extra.
Compartimos la eucaristia con un grupo de alumnas, y después, con la Hna Isabel, iniciamos un pequeño tour por el colegio. Hoy lo vemos todavia mas grande. Un verdadero espacio de frescor y vida para las casi 600 alumnas.
A la hora del descanso, nos atienden los profesores. Les hacemos una breve presentación del movimiento y respondemos sus preguntas. Nos miran mayoritariamente con agradecimiento e interés, y como en cada reunion de presentación, les dejamos vuestros mensajes y vuestras direcciones de correo.
Seguimos la ruta por el colegio hasta la hora del via crucis, una actividad pastoral para las alumnas mayores. Unas imágenes en la pantalla del teatro van anunciando cada estación. Una reflexión posterior a cada estación nos conduce a una oración final personal leída en voz alta por todos los asistentes. Destacamos el silencio en general y la oración de los profesores que nos acompañaban.
A la una toca almuerzo. Ya no recordamos el nombre de todos los nuevos platos que hemos comido. Hoy no es una excepción, también es nuevo, y también es excelente.
La sobremesa es breve por necesidad. A las tres y cuarto presentamos el movimiento al equipo de trabajadores no docentes de la escuela. La calidez y gratitud de su acogida es mayor si cabe. Nos escuchan con interés y algunos nos ayudan, puesto que ya han participado en algunas de las reuniones previas de MFA de Bogotá.
Nos retiramos un rato a descansar y a las seis iniciamos el encuentro previsto con MFA. Están todos muy contentos. Han venido algunas familias y algunas personas nuevas! Desean hacernos algunas preguntas.
El encuentro se inicia con una oracion preparada por una exalumna que ha venido con sus padres y su hermana todavía alumna de la escuela.
Continuamos con una presentacion de las imagenes de las reuniones ya realizadas y varias personas toman la palabra para explicar todo lo que se ha hecho hasta ahora, la Sra Marina Bernal y la Sra Marta Díaz (jubiladas de la escuela), Christian, Carlos, etc…
La sensación que tenemos es como que necesitaban asegurar que las actividades realizadas estaban dentro de las expectativas del movimiento. Les hemos explicado que en realidad, en España hacemos lo mismo: rezar, preparar un tema, alguna salida, alguna peregrinacion, etc.
Su gran preocupación es el poder llegar a ser más numerosos. Pero hoy ya hay una representacion más que suficiente para iniciar el camino formalmente. Se inicia un turno de palabra para explicitar qué busca cada uno en el movimiento, y toman la palabra las personas que hoy vienen por primera vez. Es un baño de orgullo oir cómo hablan del bien que les hace Dios en sus vidas y que lo que buscan en el movimiento es precisamente consolidar y seguir teniendo esa experiencia de Dios y de Comunidad.
Finalmente se decide que a partir de esta reunión se nombren coordinador, secretario y tesorero que impulsen formalmente la actividad de MFA en Bogotá. Y tras un breve y divertido proceso de propuesta y elección, se nombran las personas que ejercerán esas responsabilidades a partir de este mismo encuentro. Nuestra enhorabuena a Christian, el coordinador, a Marina la tesorera y a Carlos el secretario, y una felicitación muy grande para todos los miembros, nuevos y viejos de MFA en Bogotá.
Finalizamos con la interpretación de una preciosa canción por parte de la niña Laura y como no podía ser de otra manera, el encuentro termina con una merienda preparada con todo el cariño por todos. Nos abrazamos a modo de despedida, sintiéndonos ya miembros de MFA en Colombia.
A las nueve y media nos retiramos a descansar, pero antes hacemos una pequeña tertulia con las hermanas en la que asoman las primeras pinceladas de tristeza por la inminente partida. Mañana volaremos temprano a Panamá. Nos obsequian una preciosa bandeja hecha a mano y nos agradecen nuestra labor. !Qué contradicción tan grande!! Somos nosotros los mayores beneficiados por lo que nos comparten y lo que vivimos con ellas y encima nos lo agradecen.
Que Dios las bendiga y proteja a todas.
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