Oración del 7 de enero
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Oración del 7 de enero

IMG_8972p¿Dónde estás Jesús? Venimos a adorarte

“¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto su estrella y venimos a adorarlo” (Mt 2, 2)

Así le preguntaron los Magos de Oriente al rey Herodes. Esta pregunta sobresaltó al mismo Herodes y a todos los habitantes de Jerusalén. Herodes no sabía la respuesta pero en seguida abrió una investigación. Aunque no fue él personalmente a averiguar lo que había ocurrido, mandó a otros para que le informaran con detalle. ¿Quizá le entró miedo de que aquel recién nacido le arrebatara su reino? Los sumos sacerdotes y los escribas sí que sabían la respuesta: “En Belén de Judea”, pero no se movieron de Jerusalén. ¿Quizá les pesó más la seguridad de sus posiciones? Los Magos de Oriente, en cambio, tras recibir la respuesta, se pusieron en camino. Y, justo en ese momento, la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta donde estaba el niño. Finalmente, encontraron al niño que no estaba solo sino con su madre María. Contemplándolo, cayeron de rodillas y lo adoraron. Después, abrieron sus cofres y le ofrecieron regalos.

¿Dónde está hoy Jesús naciendo?

Invocamos al Espíritu Santo para que, cual estrella de Belén, nos guíe hasta él. Tomando en nuestras manos una imagen de Jesús Niño, podemos repetir: “Espíritu Santo, guíanos hasta Jesús”

El Espíritu Santo nos irá inspirando los lugares en los que podemos encontrar a Jesús encarnándose: los pobres, los enfermos, los niños, los ancianos, los encarcelados, los marginados… (Pasándonos de mano en mano la imagen de Jesús, podemos compartir en voz alta los lugares humanos o las realidades mundiales en las que encontramos a Jesús encarnándose)

Que, como los Magos de Oriente, salgamos de nuestras seguridades y nos pongamos en marcha buscando a Jesús en nuestras realidades más cercanas y más lejanas. Que estemos siempre en esta actitud de salida de nosotros mismos y de encaminarnos hacia los demás. Que ni el miedo ni ningún otro obstáculo nos impida salir al encuentro de Jesús. Confiemos en que, incluso en las noches más oscuras, Dios siempre hará brillar para nosotros una estrella que nos guíe hasta su Hijo.

Jesús, en esta noche, como los Magos de Oriente, nos arrodillamos en tu presencia y te adoramos, reconociéndote como nuestro Rey, nuestro Dios, nuestro Hermano mayor… Abrimos nuestros cofres y te ofrecemos nuestro amor, nuestra cercanía, nuestro compromiso… nuestros deseos de encontrarte siempre en nuestros hermanos.

Amén.

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