Encuentro de MFA con el Arzobispo de Granada
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Encuentro de MFA con el Arzobispo de Granada

El pasado sábado 30 de septiembre, Familia Albertiana celebró en Granada la Reunión inicial del curso 2017-2018, con un invitado muy especial, D. Javier, Arzobispo de Granada.

Comenzamos la tarde orando, disponiendo nuestro corazón a Jesús para que nos concediera sus deseos. Nos sentimos agradecidos por llamarnos a vivir el carisma de Madre Alberta, por elegirnos para dar testimonio de su amor, y compartir la buena noticia del Evangelio con las personas que nos rodean. El Espíritu se hizo presente en nuestros corazones, y en la motivación interior que teníamos todos los reunidos de compartir a Jesús con nuestro arzobispo, desde la espiritualidad Albertiana que nos une, y que nos configura como comunidad evangelizadora.

Tras orar juntos, proyectamos a D. Javier un resumen de las últimas experiencias vividas en Familia Albertiana, tanto a nivel local como Nacional. A continuación,  comenzó la intervención de D. Javier, que traía un libro para tratar el tema de la “alegría de evangelizar” de la exhortación apostólica Evangelii gaudium. Sus primeras palabras sentidas fueron: “GRACIAS POR EXISTIR””GRACIAS POR CUIDAROS LOS UNOS A LOS OTROS”, y destacó que se sentía conmovido por los mensajes transmitidos, y por los buenos sentimientos, la alegría y la unidad que desprendíamos. Comentó que ya no usaría el libro, se sentó en la mesa y habló de Dios, y de la alegría de sabernos amados por El, aplicando su catequesis en la experiencia de vida, y concretamente se centró en el ámbito de la Familia.

Una vez más, Jesús nos sorprendió a través de las palabras de D. Javier que destacaban por su sencillez, cercanía, humanidad y realismo. Tras su intervención, nos invitó a entrar en coloquio y a compartir nuestros pensamientos, sentimientos y motivaciones. Nos dijo en varias ocasiones que deseaba conocernos, que le importábamos como personas, como hijos de la Iglesia. Algunas de sus frases que nos conmovieron a parte de “Gracias por existir” fueron: “La creación es el vestido de Dios”, “Los Sacramentos son la presencia de Dios hecha carne, y que se da gratuitamente al hombre”, “La Iglesia es la esposa amada que se sienta a la mesa”, “el ser cristianos conlleva una alegría interior, divirtámonos siendo cristianos”, “Dios se da a conocer al hombre, a través de las personas”, “Somos hijos amados por Dios, que entregó a su Hijo por amor, esto es muy fuerte”, ”Aprender a querer a las personas por lo que son y no por un motivo o interés”, “Ningún hombre es capaz de hacer feliz al 100% a una mujer, ni viceversa, pues solo Dios es capaz de llenar de felicidad plena el corazón y siendo conscientes de ello, vivir el matrimonio como un Sacramento donde Dios está presente, y su amor sea la clave para superar todos los obstáculos”. Todas estas frases culminaron en el mensaje central de su exposición: Aceptar que Dios nos ama, dejar que nos transforme el corazón para parecernos más a Él, y ser en consecuencia hijos agradecidos.

Tras un coloquio muy sincero y bonito, nos fuimos a celebrar la Eucaristía, y participó activamente con los niños, que le interrumpieron en la Homilía para preguntar, y D. Javier les respondió cariñosamente. Nos transmitió mucha cercanía y proximidad, y nosotros también a Él, pues la alegría y el agradecimiento por el bien recibido fue recíproco.

Después compartimos una merienda, y conversó con nosotros de muchos temas, como si fuera un miembro más de MFA.

Por todo lo vivido en nuestro primer encuentro del curso, damos gracias a Jesús, su presencia entre nosotros nos conduce al deseo de vivir el espíritu de familia de M. Alberta. D. Javier, Arzobispo de Granada, se sintió feliz y contento, nos manifestó que deseaba conocernos y participar alguna vez más en alguna de nuestras reuniones como ponente o como oyente.

Con sincero agradecimiento, iniciamos el curso con vocación de agradar a Dios, compartiendo su proyecto de amor a través del servicio a los demás, y siguiendo el ejemplo de Madre Alberta, que nos invita a descubrir el rostro de Dios en lo más bello de las personas.

Gracias una vez más por tanto bien recibido.

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