14 Mar Diario de Viaje 2: Caracas – «Roca Viva»
El calor sofocante fue el primer saludo del país. No fue tan “bofetón” como nos habían advertido, pero un buen saludo al fin y al cabo. El paso por el control de pasaportes y, sobre todo, por el control en la salida de las maletas de la zona del terminal fue sin ningún sobresalto. Todos los interesados se alegrarán de saber que sus “regalos” llegaron sin contratiempo alguno.
Pero, inmediatamente después, los abrazos y el calor humano de la comunidad de MFA de Caracas, fue nuestra primera y real bienvenida de este viaje. Tendríais que haber visto las sonrisas y la alegría en las caras de las hermanas y miembros de MFA de la comunidad de Roca Viva, para comprender de verdad nuestra sensación de perfecta y fraternal acogida.
Una pancarta se levantaba por encima de una multitud de personas, y, efectivamente, ahí vimos y sentimos que nos esperaban y que estaban deseosos de conocernos.
El viaje a la Escuela Roca viva duró aproximadamente una hora. Y después de atravesar la ciudad de Caracas, y en la cima de una cuesta, en la que, la hermana Isabel hizo alarde de conducción casi temeraria (no por ella, sino por los obstáculos del camino) nos esperaba el colegio “ROCA VIVA”. La foto que veis es la de la llegada a la escuela. Incluso los chicos y chicas de FOC, que tenían encuentro con la Hna. Silvia y la Hna. Johanna al frente, se sumaron a la bienvenida.
El miércoles 16 tendremos el encuentro formal con la comunidad de Caracas y ese día esperamos tener más tiempo para explicar por qué el colegio se llama así. Pero al verlo en el lugar en el que está, uno “siente” que efectivamente está anclado en Roca viva. De hecho esa roca viva la ves frente a frente.
Desde el tejado del colegio pudimos ver también el entorno en el que se encuentra. Si no fuese por las dificultades que sabemos que pasan en ese barrio, el aspecto al atardecer podría decirse que es el de un belén con luces por doquier; es bonito. Sorprende la cantidad de vida que se ve en las calles y la alegría que se percibe; y las hermanas nos cuentan cómo se vuelcan los vecinos con el colegio ante cualquier incidente. El barrio quiere a Pureza de María y la congregación quiere al barrio. Ellos nos lo dicen y nosotros así lo sentimos.
Con el rezo de vísperas con las hermanas Elena, Montse, Esperanza y la Hna Isabel y la cena con toda la comunidad, terminó nuestra primera jornada.
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