18 Mar Diario de viaje 5: Cumaná – Roca Viva Petare (Caracas)
16-3-2016
El día amanece temprano como siempre, pero hoy lo iniciamos con laudes y eucaristía con la comunidad. Teníamos previsto hacer el viaje de regreso a Caracas durante el día, pero las hermanas nos tienen preparada una sorpresa. No quieren que nos vayamos de Cumaná sin ver el mar Caribe con todo su esplendor. Nos despedimos con un abrazo de las hermanas Claudia, Teresa y Karla. Ese abrazo quiere dejar en ellas la alegría de los momentos compartidos y romper en mil pedazos la tristeza de la separación. Por suerte las Hnas. Isabel, Montserrat, Esperanza y Rosa nos acompañan en el viaje.
Llegamos a Mochima, un bonito pueblo pesquero, después de un recorrido de una hora por una carretera llena de curvas pero con vistas preciosas del mar Caribe. Aparcamos, y las hermanas van a negociar el paseo en barca con los barqueros de la zona. No es casualidad que los hijos de la señora que nos atiende van a la escuela de Fe y Alegría de San Luis. Finalmente podremos dar un paseo en barca para ver las playas caribeñas de Venezuela en todo su esplendor. Y a fe que las vemos.
Con gran habilidad los tripulantes nos van llevando a las distintas playas, solo accesibles en barca, y a distintas formaciones rocosas. Vemos corales, pelícanos volando en formación, y una sorpresa final con una familia de delfines saltando alrededor de la barca.
Que fantástica mañana de sol playa y buena compañía con la que ya podemos llamar nuestra familia de Cumaná.
Nos despedimos de las hermanas con un abrazo igual de intenso y con la misma motivación: romper un poco la tristeza de la marcha y dejar en cada una un poco de nuestro agradecimiento y alegría por el tiempo compartido.
Con la Hna. Isabel emprendemos las cinco horas y pico que nos quedan hasta el colegio Roca Viva en el que mañana tendremos encuentro. En esta ocasión el trayecto es un poco más lento y cansado, pues el tráfico de los días laborables es mucho más intenso. Por eso en un tramo del camino Josep conduce un rato el coche. Se aprende rápido a conducir en Venezuela con una profesora como la Hna. Isabel! Uno aprende a detectar cuando hay que adelantar por la derecha, a no parar en el semáforo, a frenar y respirar hondo para que el que adelanta por el otro carril y con poco espacio no choque contigo y pasemos los tres autos, y a ir esquivando baches que aparecen de repente, y que te hace entender por qué el de delante va conduciendo por la línea central de la carretera…En fin todo normal…en Venezuela…
Finalmente, pasadas las seis de la tarde, llegamos a Roca Viva donde de nuevo nos espera la pancarta de bienvenida y los miembros de Familia Albertiana que no nos quieren dejar de acompañar en cada momento. Han venido expresamente a recibirnos y a decirnos que mañana nos tienen preparado un gran encuentro. Se notan ilusionados y nosotros también lo estamos.
Alrededor de las siete hemos presentado y agradecido el día ante el Santísimo con las hermanas de la comunidad de Roca Viva: Hnas. Johanna, Elena, Silvia y con la Hna. Isabel.
Con una cena estupenda y la correspondiente sobremesa terminamos el día.
Con un “Gracias Señor” nos acostamos a descansar.
Hasta mañana!!!
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