Querido Dios:
Aquí estamos un día más a tu lado. Sintiéndote tan cercano como te
hemos sentido cada vez que hemos orado contigo, cada vez que hemos
buscado ese momento del día para parar y escucharte.
Gracias por todas nuestras conversaciones y sobre todo, gracias por
decirme tantas cosas y por infundirme confianza en los momentos de
duda.
También quiero pedirte perdón por todos aquellos momentos en los
que me he dejado llevar por la pereza, aun sabiendo que tú me
esperabas para reconfortarme. Intentaré seguir mejorando, pero te pido
que tengas paciencia conmigo y me ayudes a conseguirlo.
Un gran abrazo de tu hijo/a que te quiere.
Novena a Madre Alberta
Señor y Dios nuestro, que nos diste a Madre Alberta como ejemplo de amor y servicio a la Iglesia. Concédenos que sea reconocida su santidad y danos, por su intercesión, la gracia que confiadamente te pedimos. Amén
Padre nuestro, Ave María, Gloria.