Subiendo a mi lado…
Hoy, ha subido el Señor por la escalera.
Esa escalera que subimos y bajamos constantemente…
Me dieron a elegir, ascensor o escalera, dudé, cinco pisos…
y al fin…escalera.
Iba pensando: el Señor está pisando y subiendo por donde yo he pasado tantas veces, igual que todas las hermanas.
Lo tendré presente cuando me cueste subir “otras escaleras”, que hay que subir a lo largo del camino de la vida, diré, Jesús va detrás por si tropiezo, o dudo, su paso es seguro, firme, y todo el espacio se llena de su presencia.
Cinco pisos, ¡Jesús! Me canso… otro poco más, como en la misma vida cotidiana.
Otro poco más, y Él detrás de mí, tranquilo, visitando conmigo los lugares donde se nota y se palpa el trabajo por el Reino.
Subiendo las escaleras contigo, mi Señor, no para quitarte los clavos como la Saeta de Machado, todavía no… aún quedan unas horas, las que separan tu cena de despedida hasta tu inmensa tristeza, allí en Getsemaní…y de allí, hasta el Calvario, en tu entrega generosa.
Por eso, gracias, Señor, por subir la escalera a mi lado, y bendecir con tu paso los lugares donde intentamos acercar a niños y jóvenes a tu amoroso
corazón.
Gracias, Señor, Maestro, Buen Pastor, Amigo, Pescador, por subir detrás de mí esa hermosa y ahora, bendecida escalera.
Y algún día, cuando suba o baje por ella, recordaré tu paso silencioso y cercano, acercándose a los lugares que quedarán llenos de tu presencia, como dice San Juan de la Cruz:
(Hna. M.ª Jesús)
Novena a Madre Alberta Señor y Dios nuestro, que nos diste a Madre Alberta como ejemplo de amor y servicio a la Iglesia, concédenos que sea reconocida su santidad y danos, por su intercesión, la gracia que confiadamente te pedimos. Amén
Padre nuestro, Ave María, Gloria