Padre bueno son tantas las exigencias y los desafíos de la vida diaria, que pocas veces me dejo alimentar por aquellas vivencias de luz y alegría que han llenado mi vida y que no son pocas. Que fácil me resulta quedarme detenida en la queja, la crítica y los sinsabores, sensaciones que muchas veces me alejan de ti y adormecen la certeza de tu presencia constante en mi vida diaria, tu protección y tu incansable salir a mi encuentro para mostrarme que me amas, que te importo, que me quieres ver feliz.
Ayúdame, para no perder tan fácilmente la memoria agradecida del corazón y para aprender a reconocer y descifrar tu amor personal en esas grandes o pequeñas vivencias que han llenado de luz mi camino.
Novena a Madre Alberta
Señor y Dios nuestro, que nos diste a Madre Alberta como ejemplo de amor y servicio a la Iglesia. Concédenos que sea reconocida su santidad y danos, por su intercesión, la gracia que confiadamente te pedimos.
Padre nuestro, Ave María, Gloria.