Iba a ponerme en camino
cuando ya venías Tú hacia mí.
Quería yo correr hacia Ti,
pero vi que corrías a encontrarte conmigo.
Yo deseaba esperarte,
pero supe que me estabas esperando.
Deseaba buscarte
y vi que estabas Tú en mi búsqueda.
Llegué a pensar “Eh ya te he encontrado”,
pero me sentí encontrado por Ti.
Cuando yo quería decirte “Te amo”,
te oí decirme “cuanto te quiero”.
Yo quería elegirte
y ya me habías elegido Tú.
Yo quería escribirte
cuando tu carta llegó a mis manos.
Deseaba vivir en ti
y te descubrí viviendo en mí.
Iba a pedirte perdón,
pero tuve la certeza de que me habías perdonado.
Quería ofrecerme a Ti,
cuando recibí el don de ti mismo entero.
Anhelaba ofrecerte mi amistad
y recibí el regalo de la tuya.
Yo quería llamarte. “Abba, Padre”
y te adelantaste a decirme “hija mía, hijo mío”.
Yo quería desvelarte toda mi vida interior
y te encontré revelándome las profundidades de tu ser.
Deseaba invitarte al corazón de mi vida
y recibí tu invitación a entrar en la tuya.
Deseaba regocijarme de haber vuelto a ti
y te sentí regocijado por mi retorno
Dios mío, ¿seré yo alguna vez el primero?
NOVENA A MADRE ALBERTA
Señor y Dios nuestro,
que nos diste a Madre Alberta como ejemplo de amor
y servicio a la Iglesia.
Concédenos que sea reconocida su santidad y danos,
por su intercesión,
la gracia que confiadamente te pedimos,
Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.