El Movimiento Familia Albertiana es un movimiento reciente, surgido al soplo del Espíritu, quien nos ha ido inspirando que nuestro carisma “Pureza de María” no nos lo podíamos quedar las hermanas para nosotras solas. En sintonía con la llamada que nos hacía la Iglesia, descubrimos que había llegado la hora de abrirnos a los laicos y compartir con ellos el carisma y la espiritualidad de M. Alberta, nuestra Fundadora.
Los orígenes
Todo comenzó cuando, en mayo de 2008, la Superiora General H. Carmen Bennasar encargó a las Hermanas coordinadoras de los Equipos Pedagógico y de Pastoral llevar a cabo el primer encuentro de laicos en Valldemossa. Allí se habló de la vocación del laicado y de la espiritualidad de M. Alberta.
Asistieron unos 60 laicos de todos nuestros centros de España. Se pidió insistentemente que esos encuentros se repitieran. La Superiora General dijo públicamente que nuestra Congregación quedaba abierta al laicado.
Gracias a este encuentro, surgieron en diversos centros grupos de reflexión y profundización en torno a la figura de la Madre.
La fundación de Familia Albertiana
En mayo de 2009, en el XXV Capítulo general de la Congregación celebrado en San Cugat del Vallés, la asamblea capitular, representante de todas las Hermanas del Instituto consideró que había que dar un empuje fuerte a lo que había sido una pequeña semilla; se hizo una apuesta valiente por el Movimiento decidiendo su nombre y recordando la importancia del mismo para introducirlo en todas nuestras obras.
Estructura
El Movimiento está coordinado por un Consejo ejecutivo internacional y, en cada país por un Consejo nacional. En ambos participan hermanas y laicos que se reúnen con cierta frecuencia.
Los miembros del Movimiento son convocados cada dos años a un Encuentro nacional, donde tiene lugar la Asamblea general, y un Encuentro de formación, también bianual.
Además, anualmente se organiza una Jornada de Espiritualidad Ignaciana que dura un fin de semana.
Encuentros y actividades
En cada comunidad se tiene, al menos, una reunión mensual
y algunas otras actividades solidarias, convivencias y encuentros locales.
MFA es un movimiento familiar en el que todos tienen cabida: padres, hijos, solteros, casados, viudos… cada uno, desde su perspectiva y situación, puede aportar su vivencia y su experiencia.