02 Oct Oración del 7 de Octubre
1. Invocamos al Espíritu
2. Canto Brotes de olivo: «Tú mi pilar»
3. Leemos la palabra
«Dios, refugio y fortaleza de su pueblo»
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno, y se tambalea la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.
«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra».
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
4. Reflexionamos:
¿Qué dificultades se nos están presentando que nos hacen tambalear?
5. Oración final:
Virgen del Pilar, Madre nuestra. Tú te sostuviste firme ante las dificultades, ante la cruz. Haznos firmes en la fe, sostén nuestros corazones cuando se sientan abatidos. Madre, en ti buscamos refugio. Venimos a tus brazos para que ayudes a tus hijos. Cuida a nuestra Familia Albertiana.
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