MIÉRCOLES 17 DE SEPTIEMBRE
28799
portfolio_page-template-default,single,single-portfolio_page,postid-28799,bridge-core-2.8.9,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode-theme-ver-28.9,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-6.9.0,vc_responsive
Category
Oración de los Miércoles
About This Project

En nuestra oración de hoy vamos a reflexionar sobre el motor que el mismo Jesús nos mostró como más importante en nuestra vida, lo que nos tiene que hacer movernos; y como dice la canción, que no sean los hilos de este mundo los que nos muevan, sino el deseo de encontrar al Señor en lo profundo («Muéveme mi Dios»- Ixcis)

El mismo Jesús al ser preguntado por el mandamiento más importante, nos dice que es amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas y además que ese amor lo debemos concretar en nuestro prójimo.

El amor a Dios, quizás no es un amor afectivo terrenal, como el que sentimos por nuestros padres, nuestros hijos, nuestra familia, nuestros amigos…, sino que es un amor que nos moviliza en todos nuestros momentos, teniéndole a Él presente siempre. Que sea nuestro primer pensamiento al despertar y el último al acostarnos. Que nuestros actos vayan siempre encaminados a hacer su voluntad y agradecerle por tanto recibido. El padre Arrupe lo explica muy bien en el siguiente escrito titulado «Enamórate»

« *Enamórate* «

«Nada puede importar más que encontrar a Dios. Es decir, enamorarse de Él de una manera definitiva y absoluta.

Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación, y acaba por ir dejando su huella en todo.

Será lo que decida qué es lo que te saca de la cama por la mañana, qué hacer con tus atardeceres, en qué emplear tus fines de semana, lo que lees, lo que conoces, lo que rompe tú corazón y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud. ¡Enamórate! ¡Permanece en el amor! Todo será de otra manera»

Pues pidamos a Jesús, por intercesión de Madre Alberta, una total enamorada de Dios, que sepamos amarle con todo nuestro ser cada día un poco más y mejor, como ella lo hacía.

 

Novena a Madre  Alberta

Señor y Dios nuestro, que nos diste a Madre Alberta como ejemplo de amor y servicio a la Iglesia, concédenos que sea reconocida su santidad y danos por su intercesión la gracia que confiadamente te pedimos. Amén

Padre nuestro. Ave María. Gloria.